Al final de su vida, Steve Jobs, macrobiótico, budista y poco amante de las duchas, se arrepintió de haber retrasado su cirugía y de haber perdido tiempo, tal vez crucial, con la medicina alternativa y las dietas.
Jobs murió el 5 de octubre tras haber sufrido un cáncer de páncreas y un transplante de hígado. Entonces ya se había pasado a las soluciones tradicionales, pero era demasiado tarde. Unas semanas antes de su muerte se lo contaba a su biógrafo oficial, Walter Isaacson. La cadena CBS, propietaria de la editorial que publica el libro el próximo lunes, adelantó este jueves un extracto de la entrevista donde el escritor relata las palabras de Jobs.
El fundador de Apple ideó el nombre de su compañía en mitad de una de sus dietas 'frutarianas' después de visitar una finca con manzanos. Desde que era adolescente seguía regímenes de alimentos muy estrictos: a ratos, sólo fruta, otros, también verduras u alimentos separados. Estudió budismo zen durante años y creyó que la mezcla de espiritualidad y alimentos sanos serviría como antídoto incluso para el cáncer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario